8/11/2014

MARATÓN #HCWYLE Capítulo 140 (+18).

Antes de separarse de mi boca, me mordió suavemente el labio.
Miró hacia abajo, entre nosotros, a mi y a nuestra postura.
+Qué sexy eres.- Murmuró mientras sus ojos de felino recorrían mi cuerpo una y otra vez, y yo lo sentía hasta en mis células.
Mi respiración se hizo irregular y volvió a besarme con salvajismo, llevando sus manos al broche de mi sujetador en mi espalda.
Al no tener práctica, sus manos, errantes y desesperadas, no pudieron abrir mi sujetador.
+O te lo quitas o te lo arranco.- Murmuró contra mi boca.
Esa frase incendió mi cuerpo.
Llevé mis manos, temblorosas, a mi espalda, y al temblar, me costaba soltar el broche del sujetador.
Me apretó aún más a su erección cogiéndome por las caderas.
Jadeé y cerré los ojos.
+Tienes 3 segundos o lo romperé.- Dijo con voz firme y ronca.
Me abrí el sujetador mientras me mordía el labio.
Entonces me lo quitó con rapidez y lo tiró al suelo.
Su boca bajó a mi cuello y una de sus manos subió a uno de mis pechos, mientras lo apretaba y jugaba con él.
Intenté no gemir.
Mi cuerpo emite un calor que no es normal.
Necesito hacer el amor con él. Ahora.
Necesito que cubra ese vacío que siento en esa parte tan sensible de mi cuerpo.
Con mis dientes rocé su mandíbula y luego llevé mi boca hasta su oreja.
-Eso de no tener ningún efecto en ti... Creo que esto-Susurré tocando su erección por encima de los calzoncillos, apretándola un poco con mi mano, aunque es muy grande para mi mano. Gimió y echó la cabeza hacia detrás.- dice exactamente lo contrario.
+Joder.- Murmuró con los dientes apretados.
Sonreí.
-Qué débil eres.-Le susurré al oído y acaricié su pelo.
Soltó un suave sonido de gusto y me volvió a besar con salvajismo, con pasión, enredando su lengua con la mía con rapidez, buscando satisfacción, dando y recogiendo.
Su erección sige separada de mi por nuestra ropa interior y espero que no dure mucho tiempo así.
Bajó su boca a mi cuello, mordiéndome, besando, lamiendo.
Me mordí el labio y me pegué a él.
Gimió al sentir mis pechos pegados a su pecho y bajó su boca a mi clavícula, me lamió suavemente y siguió bajando entre besos húmedos.
Me sonrojé cuando sentía su boca cerca de mis pechos.
Me miró a los ojos y una media sonrisa, demasiado sensual, ahora formaba parte se su perfil, junto a los ojos oscuros que completaban esta imagen tan sensual de él.
+Es mi cumpleaños.- Susurró contra la parte superior de mis pechos, y me dio un leve mordisco ahí.
Clavé mis uñas en sus hombros para no gemir y él gimió.
Me acercó a él con las manos en mi espalda para bajar su boca hasta mi pecho izquierdo.
Sentí sus labios encima de mi pezón y un suave roce de estos.
Gemí y, de repente, me di cuenta que tenía mis manos entre su pelo, acercándolo más a mi cuerpo mientras él seguía jugando con su lengua y sus labios en mi pezón, chupando, lamiendo y mordiendo suavemente.
Siento un dolor gustoso ahí, y a la vez lo siento en mi vagina.
Pasó su boca a mi otro pezón haciendo lo mismo, jugando, mordiendo, chupando, llevándome al límite.
Moví mis caderas encima de su erección y jadeó en mi pezón húmedo.
Lo cogí por la cara y atraje su cara a la mía. Él tenía los labios húmedos e hinchados, completamente apetitosos.
Lo besé, pegando mi cuerpo al suyo, apretando mis pechos húmedos contra el suyo y mi vientre contra el suyo.
Bajó sus manos por mi espalda, apretándo mi trasero, acariciándolo.
+¿Acaso estás caliente, cariño?- murmuró contra mis labios con la voz realmente ronca y una sonrisa que decía que intentaba picarme, y me apretó aún más a su erección.
Me mordí el labio para no gemir.
+Respóndeme.- Dijo con tono autoritario mientras su mano rozaba la parte interna de mi muslo.
-No.- Susurré casi en un jadeo.
Su dedo acarició mi vagina por encima de mi culotte y apreté mis manos en sus hombros, haciéndole arañazos sin querer.
+Entonces, veremos lo que puedo hacer para cambiar eso.- Murmuró contra mis labios y asaltó mi boca, dándome un beso intenso mientras su dedo seguía encima de mi culotte en la zona de mi vagina.
Entonces, me cogió por los muslos y se levantó.
Quedé con mi cara a la altura de la suya y mis piernas, abiertas, enroscadas en sus caderas.
Me abracé a él y seguí su beso mientras nuestros pechos se rozaban.
Me colocó con cuidado en la cama y luego se colocó encima de mi.
Metió sus piernas entre mis piernas y se hizo espacio entre ellas, volviendo a pegar su erección a mi vagina.
Mis manos fueron a sus pectorales mientras mi boca jugaba con la de él. Entonces acaricié sus pectorales, duros y arterciopelados, y bajé mis manos poco a poco hasta sus abdominales, tensos. Seguí bajando mis manos y acaricié su erección por encima de sus calzoncillos. Dios, qué sufrimiento tengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario