11/25/2012

MARATÓN #HCWYLEI. Capítulo 88.

+Voy a beber agua.- Dijo Harry con voz ronca, y se fue.
+¿Le pasa algo? Esta tarde se puso así varias veces...- Dijo Robert.
-No, no es nada, es que lleva todo el día con dolor de cabeza, y se le ha empeorado por el ruido del concierto.- Dije mirándo el pasillo por donde se fue.
+Ya, ya...- Dijo Alice sonriéndo. No se lo creía.
+En serio, él no es así...- Dijo Lou.
Alice y Robert riéron mientras me miraban.
-¿Qué pasa?- Dije mirándoles mal.
+Nada, nada.- Dijeron a la vez.
-Tal para cual.- susurré mirándoles mal.
Sonrieron.
Pasé unos minutos más con ellos, hasta que vino Harry. Luego me fui con Hil y James.
Entré en mi habitación del hotel y no sabía qué hacer. No creo que Hazza venga a mi habitación porque hay muchos paparazzi, así que es mejor dormir desde ya y así, mañana intentaré hacer lo imposible para estar un rato con él. Me quité la ropa, me dí una ducha, me quedé en ropa interior, como hago cuando estoy sola, y me eché en la cama. Al cerrar los ojos empecé a pensar en cómo ha reaccionado Hazza hoy, y me río sola porque me encanta cuando se enfada, parece una tontería, pero es así. Además, no creo que venga a pedirme perdón porque no ha echo nada malo, y si viene, sería contra su voluntad. No le gusta darse por vencido y a mi tampoco.
De repente mi móvil sonó. Era un sms de Hazza.
*Habre la puerta, todavía quedan paparazzi, deja la luz apagada para que no vean la luz cuando abra la puerta.*
Ni un “te quiero“, ni un “cariño“ ni nada. Está enfadado y yo sigo riéndome.
Me levanté rápidamente y cogí una camiseta, que no era lo suficientemente larga como yo quería, porque quiero que me tape hasta el muslo, pero no me da tiempo a buscar otra, esta me llega un poco más abajo de la cadera. Abrí la puerta y me quedé en medio de la habitación.
A los pocos segundos entró y cerró rápidamente la puerta. Sus preciosos ojos verdes resaltaban en medio de la oscuridad. Estaban brillantes, todavía podía ver su enfado en ellos.
+(Tn)_____, lo siento. No estuvo bien mi comportamiento pero...- lo interrumpí con un simple “shhh“ y dí dos pasos hacia él. Estaba serio, se estaba disculpando solo por si acaso yo estaba mal por él... Lo estaba haciendo por mi, no por él. Él no suele dar su brazo a torcer.
Prosiguió con sus disculpas.
+Es que los tíos te miran de una manera que parece que te devoran con la mirada y no lo soporto, porque...-volví a interrumpirle.
-No digas nada- susurré dando otros dos pasos hacia él. Ya estaba justo frente a él.
+Pero no me gusta como te miran y...- le volví a interrumpir, pero esta vez pasé mis brazos por encima de sus hombros, acariciándole el cuello con las manos, y le besé muy lentamente, llevándolo hasta la pared, pegando mi cuerpo al suyo. Nos separamos un momento para respirar, le quité la camiseta y volví a besarle, pero esta vez más salvajemente  Sonrió y se separó para respirar. No se lo había esperado. Le besé en el cuello. Jadeó y echó la cabeza hacia atrás, respirando agitadamente y colocando sus manos en mi cadera. Le gustan los besos en el cuello, es fácil saberlo. Volví a besarle en el cuello, acariciándo su increíble abdomen con mis manos. Se separó un poco de mí y cogió la parte de abajo de mi camiseta.
+Tú me quitaste la camiseta, es justo.- susurró con una voz bastante ronca y sexy. Sonreí y me separé de él para que pudiera quitarme mi camiseta sin nigún problema. Volvió a besarme con salvajísmo, hundiendo su lengua en mi boca, explorándo cada centímetro de ella.
Pasé mi mano por su pelo y sonrió mientras me besaba. Le encanta que haga eso. Mientras seguía el beso, bajé mis manos desde su pelo, pasándo por su cuello, su pecho y sus abdominales, hasta llegar a su pantalón, luego sonreí mientras le besaba y me separé.
+Yo estoy sin pantalones, es lo justo.- susurré. Se mordió el labio, y sus intensos ojos verdes brillaban de una manera diferente, salvaje.
Le desabroché el botón del pantalón y bajé la cremallera. Él se lo quitó rápidamente y volvió a besarme, apretándome contra él. Crucé mis brazos detrás de su cuello e intenté pegarme lo más posible a él, así que pegué mi vientre a sus abdominales,  y mi pecho, al suyo. Él gimió al sentirlo, y me cogió fuertemente por la cadera, pegándo su cadera a la mía aún más.
Sentí su gran miembro bastante felíz y eso hacía que el calor que recorría mi cuerpo aumentara.
El calor bajaba desde mi corazón, por todo mi cuerpo, pero se acumulaba unicamente en un sitio.
Me separé de él y le cogí de la mano para ir a la cama, pero él, desde detrás de mí, pasó sus manos por mi vientre y fué besándome desde el hombro hasta la parte de atrás del cuello mientras caminabamos. Jadeé. Me dí la vuelta y me acosté en la cama. Él se acostó encima mío y me besó de nuevo, salvajemente. Se separó, mordiéndome el labio, atrayéndolo hacia él, y susurró con una voz mucho más ronca de lo normal:
+No empieces lo que no vayas a poder terminar, cariño.
Estiré el cuello y volví a besarlo. Su miembro entre mis piernas hacía que me volviera loca.
Me dió una especie de espasmo y levanté mis caderas hacia él, sintiéndo aún más su miembro mientras mi gemido se lo tragaba él en ese profundo beso.
+Estás haciendo que me descontrole.- susurró, separándose. Tenía los músculos tensos y apretaba la mandíbula muy fuertemente. Sus ojos verdes se clavaron en los míos. Me humedecí los labios con la lengua y volví besarle el cuello. Gimió. Rápidamente buscó mis labios y me acarició las piernas con sus manos. Luego, hizo que cruzara mis piernas detrás de su cadera, rodeándolo. Todavía besándome, colocó sus manos detrás de mi cuello, empujándo mi boca hacia la suya.
Hizo un movimiento con su pelvis, empujándo su miembro contra mi vagina.
Gemí en su boca, cogí sus manos y las puse en mis pechos, encima de mi sujetador. Él los apretó y gimió de nuevo. Su comportamiento era cada vez más salvaje, y su miembro rozaba una y otra vez con mi sexo, y me hacía perder los papeles.
Colocó sus manos en mi espalda, apretándome aún más a él y dejó de besarme para jugar con su boca y su lengua en mi cuello. Jadeé y bajó las manos hasta mi trasero. Volvió a besarme rápidamente, como si el mundo se fuera a acabar en los próximos minutos, y con sus manos en mi trasero me apretó más hacia él.
Luego empezó a mover su pelvis contra mi vagina. Gemímos los dos a la vez. Ambos queríamos llegar más allá, pero dos trozos de tela nos lo impedían.
+Detenme-susurró contra mi boca.
Le besé el cuello y pasé mis manos por su espalda. No quiero detenerle.
Bajé mis manos por su abdomen y él jadeó una y otra vez. Luego llegué a sus calzoncillos y agarré el elástico, para darle a entender que quería que se lo quitase.
Quiero más, necesito más. Cada vez que me toca es como si saltara una chispa y mi sangre hierve.
Se separó un poco, respiró profundamente y se quitó de encima mío, colocándose al lado.
-¿Pero qué...?- me interrumpió.
+No pensabas detenerme, ¿verdad?- Dijo con la voz totalmente ronca.
Suspiré.
-No.- Susurré.

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