Robert se arregló rápido y cogió la guitarra mientras nosotros hablábamos con sus padres y les contábamos todo. Ellos le dieron permiso y nos lo llevamos al hotel.
En el coche, Lou se sentó a mi lado, como siempre, y Robert se sentó en el sitio donde siempre se sienta Hazza, así que este tuvo que sentarse frente a nosotros. Yo intenté no reírme, pero es que al pobre se le nota que está enfadado.
Hablámos animadamente hasta que llegamos al hotel. Subimos corriéndo, cogimos gafas de sol, chaquetas con capucha y todo eso, y nos volvimos a ir, pero esta vez a casa de Alice.
-¿Estás preparado?-le dije a Robert.
Negó con la cabeza.
-¿Estás nervioso?
Asintió mirándo al suelo.
-Eh, no te pongas nervioso, seguro que todo saldrá bien.-Dije acariciándole la mano.
Sentí la verdosa mirada de Hazza en la mano de Robet y la mía, unidas.
Cuando llegamos, nos pusimos en la acera de enfrente, tras unos árboles y un par de arbustos que habían.
Robert miró para detrás y todos le hicimos señales con las manos, para que siguiera caminando.
Cogió su móvil y llamó a casa de Alice. Se vió cómo se encendía una luz. Creo que está en casa. Robert respiró profundamente, dejó el móvil en el suelo y empezó a cantar “Just the way you are“.
La puerta se abrió y se vió una preciosa chica de ojos color avellana, pelo castaño y piel blanca. Parece una muñeca de porcelana, y parece mayor que yo. Yo no sé qué le dan a estos ingleses, pero yo cada vez me siento más pequeña entre ellos.
El caso es que la chica se tapó la boca con las manos, y sus padres salieron detrás de ella. Ellos sonreían. Robert terminó de cantar y se quedó mirándo al suelo, avergonzado.
-Dios, corre y dile algo.- Susurré histérica.
Niall rió.
Por fin Alice se movió, salió corriendo hacia él y le abrazó. Le quiere, es fácil deducirlo. Sus ojos lo dicen todo.
“Oooooh“ dije en voz bajita. Es normal, soy la única chica entre ellos 5.
Luego empezaron a hablar y Robert sacó las entradas, ella gritó y saltó. Robert entró a su casa y hablaron con sus padres.
+¿Lo ha hecho bien, verdad?- Dijo Zayn orgulloso.
Sonreí.
-¿Qué chica no se pone a los pies de un chico si le canta esa canción y es así de guapo?
+Está bien saberlo.- Dijo Lou guiñándome el ojo.
Reí.
Harry se dió la vuelta, se fue y entró en el coche.
Bah.
Seguimos hablando, Robert se despidió y vino corriéndo, gritándo “¡ha dicho que si!“. Nos abrazó y el coche hizo un movimiento brusco, como si se fuera a volcar. Todos lo miramos. Corrí hasta el coche y abrí rápidamente la puerta.
-¿Estás bien?¿Pasó algo?- Dije preocupada.
Harry bufó y volteó la mirada hacia la otra ventanilla. La marca de su zapato estaba en uno de los asientos del coche.
Lo que pasó es que le dió una patada al asiento porque Robert me abrazó.
Puse los ojos en blanco y salí del coche. Cuando iba caminando de nuevo hacia los chicos, como estaba de espaldas al coche, empecé a reír.
+¿Qué ha pasado?- Dijo Liam.
-Nada- Dije sonriéndo.
Lou se me acercó y me abrazó por detrás.
El coche volvió a moverse como antes, pero dos veces más.
+¿Celos?- me susurró Lou.
Reí, asintiendo.
-Muchos.- susurré.
+¡Pues qué tonto!- susurró.
-Me encanta que me abracen, pero deberías soltarme, sino te espera una buena luego.- dije en voz bajita.
Rió y me soltó.
+Deberíamos irnos ya, nos espera un buen concierto.- Dijo Niall, feliz.
+A mi me espera una buena paliza si entro ahi.- susurró Lou.
Reí y entramos en el coche.
Hazza estuvo serio durante un par de minutos, luego le sacó tema de conversación a Robert y empezaron a hablar enérgicamente. Dejamos a Robert en su casa y nos fuimos al hotel.
Me cambié rápidamente. Hil me estaba esperándo para irnos al concierto.
Estaba apunto de salir al escenario, nerviosa. De repente oí una voz ronca tras de mi decir “suerte“. Me volteé pero Harry no estaba. A lo mejor empiezo a tener alucinaciones. El caso es que tengo ganas de darle un buen beso y decirle cuánto le quiero, pero me gusta jugar de esta manera. Es raro, pero me encanta.
Cuando salí al escenario, vi a Robert y a Alice. ¡Qué monos son!
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