Hooooooooooooooooooooooooooooooola, precioooooooooooosas<3
Dejo doble capi, ¿vale?
No me peguen. Es que no me da tiempo de escribir entre semana...
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-Seguiré cantando mientras tú sigas saliendo al escenario conmigo.- Dije sonriendo.
+Entonces será por mucho tiempo- Dijo devolviéndome la sonrisa.
Sonreí.
-James...
+Dime.
-¿Tú crees que esté bien qtue lleve estos dulces a casa de Hazza?- Dije señalando un paquete.
+Me parece estupendo.
Suspiré.
Sentía como la ensalada que me había comido antes se me subía hasta la garganta. Dios, qué nervios.
-¿Cuánto falta para llegar?
+Ya estamos muy cerca.
-¿Voy bien vestida?
+Sí.
-James...
+¿Qué?- Dijo esta vez sonriendo.
-Tengo miedo.
Sonrió y quitó una mano del volante para acariciárme el brazo.
+Todo irá bien, pequeña.- Dijo dulcemente.
Puse los ojos en blanco.
-¿Pequeña?- Dije levantando una ceja.
Rió.
+Vamos, para mi eres una niña.
-No soy una niña.- Dije cruzándome de brazos, enfadada.
Odio cuando hacen eso. Por Dios,no soy una niña... ¡Qué tengo 16 años, no 5! Y encima de llamarme pequeña, me llama niña. Joder.
+Pues lo demuestras muy bien.- Dijo irónicamente.
-James, me caías realmente bien.- Dije mirándolo mal.
Se encogió de hombros, riendo.
+Me hace mucha gracia verte enfadada.
-A mi no.- Dije secamente.
Sonrió.
+Hmmm... Ya hemos llegado.- Dijo deteniéndose ante una preciosa casa.
Abrí mucho los ojos.
-¿Ya?
Asintió.
-¿En serio?
Volvió a asentir, sonriendo.
Suspiré, cojí los dulces y abrí la puerta.
+Hasta luego, y ¡suerte!
-Hasta luego, James... Y gracias por traerme.
Le di un besito en la mejilla.
+Adiós y de nada... Pequeña.
Le eché una mirada de asesina mientras él reía.
¡Cómo odio que me llamen “pequeña“!
La puerta de la casa estaba abierta, asi que entré.
+¡Oh, ya has llegado!- Dijo Bryan levantándose se la silla.
-¡Hola, Bryan!- Dije cerrando la puerta.
+Hola, (Tn)_____, ¿qué tal estás?
-Pues nerviosa, la verdad... ¿y tú?
+Bien, gracias.- Dijo sonriéndo.
Una señora mayor se levantó de la otra silla.
+Usted debe de ser la señora Laura, ¿no? Encantada de conocerla.- Dije acercándome a ella, con tono dulce.
La señora Laura me abrazó y me dio un beso en la mejilla.
+Así que tú eres la misteriosa novia de Harry... ¡Oh, que guapa eres!
Sonreí... Debe de estar ciega, porque llevo puestas las gafas de sol, el gorro y la bufanda.
+Venga, abuela, que nos tenemos que ir... Luego veremos a (Tn)______, ¿vale?- Dijo Bryan con dulzura, pasándole la mano por el hombro.
+Vale... Te veré luego, cariño.- Me dijo con ternura.
-Hasta luego.- Dije besándole en la mejilla.
Oh, que señora tan dulce... Es de esas que te recuerdan a tus abuelas, es genial, completamente adorable.
Me despedí de la señora Laura y Bryan me llevó hacia la parte de atrás de la casa.
-Espera Bryan...- Dije cuando abrió la puerta trasera.
+¿Qué pasa?
-¿Soy una niña?
+No.- Dijo frunciendo el ceño.
Sonreí.
-Vale, gracias.- Dije sonriendo.
Se quedó mirándome, sin entender nada, y salí. James solo lo hizo para picarme. Lo sé... Y lo consiguió.
Había un caminito con pequeñas baldosas de piedra y me costaba caminar con tacones sobre eso. Si pisaba el césped, se me hundirían los tacones en este, así que Bryan me dió la mano para ayudarme a caminar y se lo agradecí. Cuando llegamos al final, me soltó la mano y abrió una puerta grande de madera, que era lo único que unía una casa con la otra, ya que había una gran verja de madera de unos dos metros.
+¡Oh, cariño, ya estás aquí!- Dijo Harry abrazándome.
¡Cuánto lo he echado de menos!
Me acurruqué en sus brazos y me dió un besito en la mejilla.
¡No puede ser, está aprendiendo! Ya no me intenta besar frente a la gente.
+Muchas gracias, tío.- Dijo soltándome y mirando a Bryan.
Me pareció ver una chispa de tristeza en sus ojos.
¿Me estoy volviendo loca? No lo sé.
+Para eso estamos.- Dijo Bryan encogiéndose de hombros y sonriéndole.-Nos vemos luego, Hazza.- Dijo dándole la mano.
+Si, hasta luego- Dijo Harry sonriendole.
-Hasta luego Bryan, y gracias.- le dije sonriendo.
Me dió un beso en la mejilla.
A Harry se le oscurecieron los ojos automáticamente... Ay, él y sus celos.
Todavía tiene que aprender eso.
+No hay de qué... ¡Pásenlo bien!
Bryan cerró la puerta.
Harry me cogió en brazos de repente y grité, ya que no me lo esperaba.
+Shhhh, que hay paparazzis por fuera.- Susurró.
-Perdón, pero podrías haber avisado, además, por poco aplastas esto.- Dije riendo y señalándo el paquete con los dulces.
Él también rió.
-¿Y por qué me cojes en brazos? Sé caminar.
Sonrió.
+Porque supuse que con tacones se te haría difícil caminar por aquí.
Me dió un besito en la frente.
-Pues supusiste bien.- Dije acurrucándome aún más.
Me parece increíble que parezca que no hace ningún tipo de esfuerzo al llevarme en brazos.
Llegamos a su casa, a una puerta trasera, y empujó la puerta con la cadera para que se terminara de abrir.
Reí ante eso.
Entramos en una preciosa cocina y me dejó en el suelo. No había nadie... Al menos en la cocina, aunque oigo murmullos... Supongo que vendrán del salón.
Di una vuelta sobre mis talones, admirando aquella preciosa cocina.
-Uau.- Murmuré cuando se colocó frente a mi.
+Es bonita.- Dijo encogiéndose de hombros.
Colocó una de sus manos en mi cintura y con la otra, me cogió la barbilla, elevó mi cara, y me besó dulcemente.
+Ya estás aquí...- Dijo abrazándome fuertemente.- No sabes cuánto me alegro de que estés aquí conmigo.
-Sé que solo hemos estado separados unas horas, pero te he echado mucho de menos, Hazza.- Susurré acurrucándome.
+Y yo a tí, cariño.
Cogió el paquete que traía en la mano y lo dejó en una gran mesa.
+¿Qué es?- Dijo acariciándome la mejilla con los nudillos.
-Unos dulces y galletas para la merienda.
+Gracias.- Dijo abrazándome de nuevo.
-¿Gracias por qué?
+Por haber venido, por estar siempre conmigo y por quererme.
Sonreí y me separé un poco para mirarlo a la cara.
-¿Y por los dulces y las galletitas?
+Bah, eso te lo puedes permitir.- Dijo riendo.
Puse los ojos en blanco y reí.
-De nada... Por los dulces y las galletitas; lo demás no tienes que agradecermelo, estoy encantada de haber venido, y mucho más de estar siempre contigo y quererte.
Colocó sus manos en mis mejillas y sonrió.
+¿Te puedo besar?- Susurró.
-¿Desde cuando necesitas preguntármelo?- Susurré sonriendo, y me volvió a besar dulcemente.
Luego me dió besitos por toda la cara, ronroneando.
Reí. Oh, qué mono es.
-Me encanta cuando ronroneas.- Dije sonriendo.
+Supongo que hoy estoy más mimoso aún.- Murmuró contra mi barbilla, dandome pequeños besitos. Luego fue bajando por mi cuello.
Ya... Mimoso.
-Hazza, no empieces.
Siguió besándome el cuello y sentí esa ya conocida sensación de calor que me recorría el cuerpo. Oh, esos ronroneos...
-Harry, no. Estoy apunto de conocer a tu familia. Para.- Susurré.
+Me da igual.- Dijo mientras movía sus manos, bajándolas por mi espalda.
Se las cogí antes de que llegaran a mi trasero e hizo un puchero.
Reí.
-No seas tonto, Hazza.
Suspiró. Intenté cambiar de tema antes de empezar una discusión.
-¿Sabes? Hoy James me llamó “pequeña“... ¿Te lo puedes creer?¡“pequeña“, como si tan solo fuera una niña!
Sonrió y me mordió el cuello suavemente.
¿Otra vez? Dios.
Me quitó la bufanda y la gabardina y las colocó encima de la mesa.
+Si fueras una niña pequeña, no estaría pensando en tantas cosas que hacerte encima de la mesa de la cocina.- Dijo contra mi cuello mientras recorría con su dedo índice la tira que iba por el centro de mi pecho.
Ahogué un grito.
-Styles, para, no me cabrees. Está aquí tu familia.
No, no estoy cabreada. Siento las oleadas de calor en mi cuerpo. Esta vez se ha pasado... ¿La mesa de la cocina, en serio?
Mientras más lo pienso más calor me da.
Me besó suavemente.
+Perdón.- Dijo aguantándose la risa.
Suspiré, mirándolo mal.
-Está bien...
Me cogió de la mano y empezó a caminar hacia la otra puerta.
+Ya que no te gusta la idea de la cocina... Vamos a conocer a mi familia.- Dijo tranquilamente.
-Vale, ahora prefiero mil veces lo de la cocina.- Dije horrorizada.
+Hmmm, no me lo digas dos veces.
Puse los ojos en blanco y caminé detrás de él hasta que llegamos a un gran salón. ¿Acaso todo aquí es grande?
No estaba sobrecargado, era precioso.
Cuando se detuvo, me cogió de la cintura, sabiendo que si no lo hacía, yo me iba a quedar detrás de él.
Me sonrojé al ver a su madre, su padrastro y su hermana.
Su madre y su hermana son realmente guapas. Al lado de ellas debo parecer un monstruo... Lo de ser guapos les viene de familia, por lo visto.
+Mamá, Bob, Gemma... Esta es (Tn)______, mi novia.- Dijo Harry sonriendo. Parece realemente felíz y a mi me emociona verlo así. La verdad es que me da fuerzas.
-Encantada.- Dije sonriendo, intentando ocultar mis mejillas sonrojadas con mi pelo.
Se levantaron rápidamente de los sofás y vinieron a mi.
+¡Oh, encanta de conocerte, preciosa!- Dijo su madre abrazándome.- Tenía muchísimas ganas de conocerte. Harry me ha hablado tanto de ti...
-Oh, muchas gracias señora Cox.
Me interrumpió.
+Anne, llamame Anne, por favor, y no me trates de “usted“ ni de “señora“, harías que me sintiera 10 años más vieja.
Sonreí.
-Lo siento... Yo también tenía muchas ganas de conocerte, Anne.
Se separó de mí y vino Gemma.
+¡Hola, cariño!¡Encantada de conocerte!- Dijo también abrazándome.
-¡Lo mismo digo!
Y luego vino Bob.
+¡Hola, guapa!¡No sabes cuántas ganas tenía de conocerte! Estoy realemente encantado.
También me abrazó.
-Yo también tenía muchas ganas de conocerlos a todos.- Dije sonriéndo.
+¡Pero qué bonita eres!- Dijo Anne.
Me sonrojé y Hazza me pasó su brazo por la cintura y me quedé mirándolos a todos.
+¿Qué pasa?- Dijo Hazza frunciendo el ceño.
-No sé, todos son realmente guapos... Estaba pensando que la belleza les viene de familia.
Todos sonrieron.
+Tú también eres muy guapa.- Dijo Gemma.- Ven, vamos a sentarnos.
Le sonreí y la seguí.
Habían varios sofás y sillones, todos a juego.
Anne, Gemma y Bob se sentaron en un gran sofá.
Es igual de grande que el de la casa principal de donde vivímos.
Me iba a sentar con ellos, pero Harry tiró de mi hacia un sofá para dos personas, casi frente a el gran sofá.
Lo miré con el ceño fruncido... ¿Por qué él y yo nos quedamos en un sofá diferente?
Se sentó y me senté a su lado. Me pasó el brazo por encima de los hombros y me atrajo hacia él.
+¿Por qué no te sientas con nosotros?- Dijo Anne dulcemente.
Me iba a levantar pero Harry no me dejó.
Lo miré con el ceño fruncido de nuevo.
-¿Hazza?-Dije para que me dejara levantarme.
+No.- Susurró.
Todos rieron y yo no entendí nada.
+¿Ya estás celoso? Oh, por Dios... ¿Pero de qué o de quién?- Dijo Gemma riéndose.
Creo que su familia ya está acostumbrado a los celos de este chico.
Me apretó la mano y se encogió de hombros.
Todos rieron de nuevo... Vale, me he perdido por completo.
-Esto es normal en él, por lo que veo, ¿no?
+Oh... No lo has visto cuando Gemma ha traído algún novio a casa.- Dijo Bob.
Todos rieron de nuevo y a Harry se le oscureció la mirada.
+Es que eran todo unos ca...-Hazza se interrumpió a sí mismo mientras miraba a Anne, que le estaba echando una gélida mirada. Oh, conque Anne no lo deja decir palabrotas... ¡Qué mona!- Unos imbéciles.- Murmuró.
Gemma puso los ojos en blanco.
+¿Y qué hay de Gabriel?- Dijo Gemma aguantándose la risa- Él era muy bueno y tú no lo soportabas.
+¡Oh, por favor, nunca había visto a un supuesto heterosexual tan afeminado!
+No era muy afeminado, era sensible.- Dijo Gemma haciendo un mohín.
+Ya, claro, ¿y qué hay de cuando se pinchó el dedo con una aguja? ¡Que por poco se pone a llorar!
+Chicos, basta ya.- Dijo Anne.
+Vale, ¿y qué hay de Matt? Él era un encanto.- Dijo Gemma con un tono de enfado.
+Era igual de encantador contigo que con todas esas chicas que había a su alrededor.
+¡Harry!- Dijo Gemma enfadada.
+¡No me vengas ahora con que era mentira!
+Chicos...- Dijo esta vez Bob.
+Vale... ¿Y qué tenía de malo Ronnie?- Dijo Gemma haciendo caso omiso a Bob y Anne.
+¡Qué era tu novio!¿Te parece poco para que yo lo odiara?
Gemma puso los ojos en blanco.
Harry me apretaba tanto la mano que no me llegaba la sangre a los dedos, pero no me voy a quejar ahora... Me da mucho miedo.
+¡Pero es que ni siquiera te gustaban mis amigos!- Dijo Gemma enfadada.
+Ya basta...- Dijo Anne en voz baja.
+No, eso no es cierto.- Dijo Harry con un tono de voz amenazador.
+¿Ah, no?¿Y quién te caía bien?- Dijo todavía enfadada.
+Peter.
+¡Pero si él gay!
+Por eso.
No pude evitar reír a carcajadas, y le pegué la risa a los demás. Oh, por favor, qué vergüenza, justo ahora me entra la risa floja.
Cuando por fin pude respirar, hablé.
-Lo siento mucho, es que creí que Harry se comportaba así solo conmigo, pero ya veo que no, y eso me sienta mucho mejor...
+Tranquila, también es así con Gemma y conmigo.- Dijo Anne riendo todavía.
Volví a reír, aliviada de que el mal ambiente se haya calmado.
Miré a unas estanterías con fotos. Ví una de los chicos en TXF; una de Gemma y Harry; otra de Gemma, Harry, Anne y Bob; otra de Anne y Bob solos y así, unas cuantas más.
-¿Cuántos años tenías en esa foto?- Dije señalando una foto de Harry cuando era pequeñito. Tenía toda la camiseta manchada de chocolate, y la cara también. Era completamente adorable.
+Oh, no, las fotos...- Murmuró Harry, indignado.
+Cuatro años.- Dijo Anne levantándose.
+¡No, mamá, ni se te ocurra!- Dijo Hazza con cara de pánico.
+¿Quieres ver más fotos de él?- Dijo Anne sonriéndo.
Reí y asentí.
Harry me miró tan mal que me dieron ganas de salir corriendo y esconderme detrás de su familia.
Anne se levantó y fue a buscar un álbum de fotos.
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